El número de niños con TEA sigue creciendo y el número de intervenciones efectivas también está aumentando. Cuanto antes sea el diagnóstico y el tratamiento, mejor.
De hecho, la intervención temprana puede tener un impacto positivo a largo plazo en un niño con TEA.
Las investigaciones han demostrado que la intervención temprana para el autismo puede tener efectos positivos sobre las habilidades y los síntomas a largo plazo. Además, en algunos casos, los niños pueden ser diagnosticados con TEA antes de los dos años de edad.
El diagnóstico temprano es clave. La intervención en o antes del preescolar puede ayudar a lograr el mejor resultado posible a largo plazo y permitir que los niños desarrollen su máximo potencial.
Cuando a los niños se les diagnostica TEA desde el principio y la intervención puede comenzar antes de los 3 años, los tratamientos pueden ser más efectivos.
El cerebro de un niño aún se encuentra en la fase de desarrollo y tiene una mayor plasticidad a esta edad. En otras palabras, el cerebro es más cambiante.
En algunos casos, la intervención temprana en el desarrollo y el comportamiento puede ayudar a los niños a progresar hasta el punto en que ya no se los considera en el espectro del autismo a edades más avanzadas. Por lo general, estos niños tienen mejores habilidades motoras y de lenguaje, así como un coeficiente intelectual más alto que el promedio de los niños con autismo.
Los programas de intervención temprana tienen como objetivo ayudar a los niños con TEA a desarrollar las habilidades que normalmente aprenderían a los dos años, tales como:
Encontrar el programa adecuado es fundamental. El CDC recomienda programas que ofrecen:
El análisis de comportamiento aplicado, o ABA por sus siglas en inglés (Applied Behavior Analysis), es una forma de tratamiento de intervención temprana que ha sido ampliamente adoptada por las clínicas de tratamiento y las escuelas. La eficacia de ABA está respaldada por décadas de investigación.
El enfoque ABA desalienta el comportamiento negativo y fomenta los comportamientos positivos para mejorar las habilidades del niño. También se realiza un seguimiento y se mide el progreso.
Hay varias formas de ABA, que incluyen, entre otras, las siguientes:
EIBI está diseñado para niños menores de cinco años, idealmente, menores de tres años. Los instructores pueden utilizar varias técnicas en un programa EIBI.
El objetivo es ayudar a los niños a conectar las definiciones con señales verbales y no verbales, ayudándoles a comprender mejor el mundo que los rodea.
DTT es una forma de instrucción que utiliza pruebas para enseñar a los niños cada paso de una respuesta o comportamiento deseado.
DTT se enfoca principalmente en el uso de refuerzo positivo para recompensar las conductas y respuestas correctas. Dividir las lecciones en partes simples ayuda a los niños a tener éxito.
El objetivo de PRT es mejorar la motivación del niño para comunicarse, aprender y monitorear su comportamiento.
Tal como sugiere el nombre, VBI se enfoca principalmente en enseñar habilidades verbales.
Se ha demostrado que la terapia ABA tiene resultados positivos a largo plazo para los niños con TEA. Sin embargo, la intervención temprana es realmente la clave del éxito.